martes, 15 de octubre de 2013

Científicos de la UdeA desarrollaron una investigación sobre la hipertensión


El tiempo en un planeta lejanísimo

Ya es posible observar el tiempo que hace a unos 1.000 años luz de la Tierra. Un planeta que orbita una estrella situada a esa distancia tiene constantemente un lado cubierto de nubes mientras que el otro probablemente se mantiene totalmente claro, han observado en el planeta Kepler 7b astrofísicos de varios países.
El trabajo es el primero que consigue hacer un mapa meteorológico de un exoplaneta. Uno de los hemisferios está cubierto de densas nubes, mucho más densas que las que existen en la Tierra, por lo que reflejan una gran parte de la luz que emite la estrella y enfrían el planeta, en comparación con otros de su mismo tipo.
El equipo ha generado un mapa de baja resolución de las nubes del planeta a partir de datos ópticos obtenidos con el telescopio espacialKepler y de información en infrarrojo del Spitzer. Los investigadores también analizaron la luz que se origina en el planeta en diferentes fases de su órbita y encontraron que gran parte de su reflectividad se debe a la presencia de nubes y que éstas se distribuyen de forma no homogénea.
"Al observar el planeta con Spitzer y Kepler durante más de tres años, hemos podido producir un mapa de muy baja resolución de este planeta gigante gaseoso” , señala Brice-Olivier Demory, del MIT, que es el autor principal del artículo publicado en Astrophysical Journal Letters. “No podemos esperar ver océanos o continentes en estos mundos pero detectamos una firma reflectiva clara que interpretamos como nubes”.
El exoplaneta estudiado es del tipo Júpiter caliente, ya que está compuesto en su mayor parte de gas y es un 50% mayor que Júpiter. No está clara la razón del contraste entre la cubierta nubosa que hay en los hemisferios oeste y este, y los astrofísicos quieren estudiarlo en el futuro. “Resulta que Kepler 7b está en el rango de temperaturas en el que se pueden formar condensaciones a gran altura en la atmósfera”, dice Nikole Lewis, también del MIT. “Comparado con Júpiter tiene una menor gravedad, lo que permite que las partículas se mantengan arriba”.
“La detección de nubes en Kepler 7b es muy sorprendente, pero también convincente”, dice Drake Deming, catedrático de astronomía de la Universidad de Maryland (EE UU), quien no ha participado en el estudio. “Esto indica que los datos del telescopio Kepler [ya inactivo para la búsqueda de exoplanetas] son una mina de información que todavía no hemos explotado completamente, incluso para las propiedades atmosféricas”.